lunes, 6 de abril de 2009

Mala Suerte

Esa mañana, mientras se peinaba, David había tirado el pequeño espejo que tenía sobre el lavabo. “Mierda”, pensó, “eso serán siete años de mala suerte”. Más tarde, de camino al trabajo con su bicicleta, un gato negro se cruzó en su camino, y para evitar atropellarlo tuvo que desviarse y pasar por debajo de una escalera. “¿Más mala suerte? ¿Qué me pasa hoy?”. Ese mismo día, mientras dejaba la bici encadenada antes de entrar al trabajo, empezó a llover, por lo que David tuvo que abrir el paraguas, que se atascó haciendo que David no pudiera cerrarlo antes de entrar a su edificio. “Esto ya es de cachondeo”, pensó David, cuando de repente un cascote cayó desde el techo que estaban arreglando en aquel momento y rebotó en el paraguas que aún no había conseguido cerrar. Entonces, David supo que podía reírse de la mala suerte. ¿Supersticiones? ¿Quién dijo que fueran ciertas?