miércoles, 25 de febrero de 2009

El Mar


Es como intentar describir el viento… ¿Cómo describo algo cómo el mar? Quien no lo haya visto nunca no se contentará con una simple descripción, como por ejemplo: una gran masa de agua. El mar es algo más: es agua, son las olas con las que juegan los niños y los no tan niños, son las olas que arropan a los enamorados bajo la luz de la luna, son esas olas que alguna vez nos han hecho cosquillas en los pies… Pero el mar es también la gente que nada en él, los barcos que lo surcan, las especies que lo pueblan: desde las grandes ballenas, los hermosos delfines, hasta los seres microscópicos que en él habitan, que llevan allí más tiempo del que el ser humano ha poblado la Tierra, que ya estaban allí antes de los dinosaurios, que lo consideraban su hogar en el principio de los tiempos y que ahora lo ven invadido…

¿Y cómo describir el mar sin hablar de su olor? Ese olor a salitre, que te pica en la nariz, que es imposible de olvidar. ¿Y el sonido? No olvidemos el sonido del mar, aunque todo el mundo lo ha escuchado: ¿quién no se ha puesto nunca una caracola en la oreja y ha exclamado ¡se oye el mar!?

El mar es todo y nada, todo lo que acabo de describir, y un acúmulo de sensaciones: paz, relax, o por el contrario agobio… Como casi todo, depende de la experiencia…


Un pequeño ejercicio de descripción...