viernes, 21 de mayo de 2010

Refugio


Corrí tanto como pude para perderme de nuevo en aquel bosque, el mismo que siempre me había refugiado cuando era una niña e intentaba huir de todo lo que me rodeaba, el mismo que me había dado cobijo cuando en mi adolescencia el mundo se me venía encima. Ese bosque que siempre estaba en mis pensamientos, que tenía reservado un pequeño hueco en mi corazón. Conocía a todos los árboles que lo poblaban, incluso les había puesto nombre en las largas tardes que había pasado allí sola, rodeada de naturaleza. Pero ahora… Ahora la mitad de aquellos árboles, que habían sido verdaderos amigos para mí, ya no estaban allí. Sentí como si una pequeña parte de mí misma hubiera desaparecido con ellos. ¿Quién refugiaría ahora a los niños que quisieran jugar, a los adolescentes que necesitasen huir, a quienes, simplemente, quieran escapar de la civilización y hablar con el bosque?