Mi cuerpo se estremece con un ligero temblor, hacía tanto tiempo que no estabas junto a mí, que casi había olvidado cómo te quería. Mis manos acarician todo tu cuerpo, y paseo mis dedos por tus puntos clave, presionando los que me interesan, mientras acerco mis labios a los tuyos, haciendo que emitas un suave gemido tras otro.
Había olvidado la sensación de tenerte aquí, a mí lado, como si solo estuviéramos tú y yo, como si el tiempo no existiera.
Pero el tiempo existe, y debo separarme de ti, no sin antes darte las gracias por estos maravillosos momentos.