martes, 15 de abril de 2008

Recuerdos


Recuerdos, todo lo que le quedaba en aquel momento eran recuerdos. Dulces, amargos, alegres, tristes… pero solo eran eso: momentos que habían quedado grabados en su memoria.

Recordaba con dulzura los dos años de maravilloso noviazgo que habían pasado juntos. Pero conforme su mente paseaba entre esos años le era inevitable acordarse de cómo, una vez casados, todo había cambiado de una forma tan radical… Todavía temblaba al recordar las primeras borracheras, los primeros insultos, los golpes… En un principio simplemente se decía: “ha tenido un mal día, eso es todo”. Pero esos días malos fueron pasando uno, otro y otro más. Ella no se atrevía a decir basta, en parte por miedo, en parte porque cuando él le decía que le quería lo olvidaba todo y decidía darle una oportunidad más.

Sin embargo, todas las oportunidades que le daba, únicamente servían para que la furia de él aumentara y las palizas, además de ser cada vez más frecuentes, eran más dolorosas (no sólo físicamente) y difíciles de ocultar.

Ella no podía evitar que las lágrimas resbalaran por su rostro cuando recordaba como había mentido a su madre al decirle que se había pegado con una puerta y por ello tenía ese moratón en el brazo.

Pero ahora ya no habría más motivos para llorar o temblar, pensó mientras era arropada por el sonido de las sirenas en la calle. Sirenas que venían a ver si él estaba vivo, pero no lo estaba, ella le había disparado con su propia pistola tras arrebatársela cuando él la apuntaba en la sien.

Todavía se pregunta de dónde habían salido el valor y la fuerza necesaria para hacerlo, pero ahora ya era libre. Aún se despierta empapada en sudor creyendo que ha oído el ruido de la puerta y sus pasos, borracho, pero sabe que es una pesadilla, y lo que más le importa ahora y lo más apreciado que tiene es su libertad, que nadie podrá quitarle nunca.

Libertad que siempre debiera haber sido suya, que nunca se le debiera haber arrebatado, que todas las mujeres se merecen, y que, desgraciadamente, aún hay muchas de ellas que no la tienen.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola,un texto duro,duro...una situación bochornosa,que por desgracia es bastante frecuente en la sociedad de hoy en día,una buena temporada a la sombra es lo que se merecen esos gentuzas que abusan de la paciencia de sus mujeres...yo x mucho que quisiera a una persona,si me hace una cosa así o si me entero de que lo hace,le rompo la cabeza,de verdad,me pongo malo cuando veo una noticia de malos tratos...

Anónimo dijo...

por lo menos esta a tenido un final "FELIZ", yo no le deseo la muerte a nadie ni mucho menos pero cuando una persona pierde toda condicion como tal y lo unico que sabe hacer es dolor y sufrimiento...aveces no hay mas opcion posible...
lo que da verguenza esque no se escuche a las mujeres en estas situaciones.. alguien leyo oy las noticias? una mujer de 50 años, toda l avida atemorizada por lo maltratos de su hijo, le denucio, acudio a los medios,pero de nada le sirvio no la escucharon y hoy simplemnte ya no tenia voz, ni calor,no sentia ni pensaba...su hijo la mato..QUE VERGUENZA DE GENTE..
un besito Laurita wapaaaaa ¡¡¡

El Ente dijo...

Muy bueno Laura!!!! a veces esa es la unica opcion para que esas mujeres se sientan verdaderamente libres


Un beso:)